Hola de nuevo, llevo un tiempo verificando bulos y noticias falsas y ha sido muy emocionante

Cuando las cosas se tuercen, cuando simplemente la vida da un giro o cuando se toma una decisión importante, mi madre siempre dice lo mismo: «La vida es como una noria, a veces estamos arriba y otras, abajo».

Hace tiempo que no escribo nada por aquí. Casi el mismo que ha transcurrido desde que entré a formar parte del equipo de Newtral. Esta experiencia ha sido para mí como un viaje en una noria: intenso y emocionante. He podido ver distintos paisajes a diferentes alturas y descubrir horizontes inimaginables. La vuelta entera ha durado un año y ocho meses y me encantaría contarte lo que he vivido en ella.

Primeros pasos

Un lunes 28 de agosto de 2018, me desperté muy nerviosa. Era mi primer día en Newtral, un medio de comunicación incipiente, que todavía no conocía mucha gente, aunque sí a su fundadora: Ana Pastor, reconocida periodista española con una larga trayectoria profesional en la Cadena SER, TVE y la Sexta, entre otros medios. En este último canal sigue presentado cada domingo el late night “El Objetivo”.

En aquel momento, el medio apenas llevaba unos meses de recorrido. No contaban todavía con una página web por lo que me integré en un equipo -al que llamaban “Digital”- cuyo trabajo consistía principalmente en generar contenido informativo en redes sociales, es decir, hilos para Twitter, stories en Instagram, vídeos para ambas plataformas, etc.

Además, a finales de ese verano, empezamos un novedoso proyecto. Se trataba de algo a lo que ahora estamos más acostumbrados, pero que en aquel momento todavía no estaba tan de moda: el fact-checking (verificación de hechos). A través de un número de WhatsApp cualquier persona podía escribirnos y enviarnos mensajes, vídeos o audios con apariencia de ser falsos para que los contrastásemos.

Neutralizar los bulos en redes sociales

Empecé poco a poco a centrarme en el trabajo que requería ese servicio de verificación que ofrecíamos a través de WhatsApp. Con las semanas y los meses el número de consultas fue en aumento y el contenido era cada vez más amplio. Respondíamos a cada persona, una a una, como si fuese un “periodismo a la carta”.

A finales de octubre, principios de noviembre (si no me falla la memoria), por fin tuvimos una página web donde publicar nuestro trabajo. Ese momento fue muy motivante porque sentía que mi trabajo sería más útil; al estar disponible en internet se podía compartir y/o releer.

He echado la vista atrás y la primera verificación que publiqué fue sobre un mensaje viral que contenía información falsa sobre los magistrados del Tribunal Supremo que decidieron sobre el caso del máster del líder del PP, Pablo Casado, en la Universidad Rey Juan Carlos. 

A ese desmentido, le han seguido centenares de marcado contenido xenófobo y relacionados con temas como la salud, la violencia de género, el colectivo LGBTI o destinados a desacreditar a figuras públicas como políticos y/o dirigentes internacionales.

También es común que se propaguen fakes (bulos) en momentos clave que son caldo de cultivo para la desinformación como, por ejemplo, las protestas en Cataluña, los periodos electorales, los incendios que azotaron a Australia durante meses o la emergencia sanitaria ocasionada por la COVID-19.

Con el afán de difundir al máximo posible las verificaciones que hacíamos, inicié una sección llamada What The Fake. Consistía en un vídeo de unos 2-3 minutos en el que resumía los fakes más importantes de la semana. A la par, estaba encargada de escribir la newsletter: «Lo que puedes creerte (o no) esta semana» que llegaba cada sábado al buzón de los suscriptores con los temas que habíamos publicado esos días.

Desmontando el gran bulo

Analizando el contenido que desmentíamos, me percaté de que había una idea común y repetida desde hacía tiempo en redes sociales: los inmigrantes -y, sobre todo, los irregulares- son los principales beneficiarios de las rentas mínimas que otorga cada comunidad autónoma.

Las rentas mínimas son una paga mensual que pueden solicitar personas en situaciones de extrema pobreza o exclusión social. Es una prestación de unos 460 euros que permite únicamente la subsistencia, pero se vendía como “el negocio redondo” de los extranjeros.

Me propuse bucear en los datos para comprobar si era cierto que los inmigrantes acaparaban este tipo de ayudas. Fue un trabajo duro y tedioso, porque tuve que recopilar datos de las 17 comunidades y 2 ciudades autónomas que hay en España. Finalmente, tras un par de meses de idas y venidas, lo conseguí: en 2018, el 74,6%  de los titulares de una renta mínima fueron españoles y el resto, el 25,4%, extranjeros.

Explicando ante un grupo de estudiantes universitarios la metodología que seguimos para verificar fakes (bulos)

Más cosas: reportajes y actualidad

Entre tanta desinformación que combatir también pude hacer otros trabajos de los que me siento especialmente orgullosa.

Junto a Federico Armenteros, Carlos Jorge, Rosa Arauzo y Eduardo Levaggi visité el edificio destinado a convertirse en la primera residencia pública en España para el colectivo LGTBI. Entre aquellos muros me contaron sus historias, algunas marcadas por la opresión de su orientación sexual que sufrieron bajo la dictadura franquista.

Con motivo del día de las enfermedades raras, realicé un reportaje sobre Ismael López, un niño de 8 años que tiene un síndrome extremadamente poco común, denominado Nicolaides-Baraitser. Como él hay solo 12 casos diagnosticados en nuestro país y unos 100 en el mundo. Mara y Lucía me explicaron cómo era ser madre y hermana de un niño como Ismael.

Además, trabajé un formato que en Newtral llamamos explainers. Son publicaciones destinadas no solo a informar sobre un hecho de actualidad sino también a explicar detalladamente el contexto que rodea a la noticia. Debido a mi formación en Derecho,  me interesé principalmente por temas relacionados con el ámbito jurídico.

Por ejemplo, escribí sobre qué son las devoluciones en caliente en las fronteras y cómo afectaba sobre ellas la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de febrero de 2020. También expliqué cómo podía afectar la reforma del Código Penal (y del delito de sedición concretamente) anunciada por el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez al inicio de la legislatura, sobre la condena de los presos del procés; y qué cambios suponía en la hipoteca la reforma de la ley hipotecaria de junio de 2019.

Además, realicé un trabajo destinado a aclarar cuáles son las ayudas a las que puede acceder una mujer víctima de violencia de género y qué requisitos tiene que cumplir para solicitarla. Este tipo de prestaciones se convirtió en diana habitual de bulos y noticias falsas debido a que una parte de la sociedad empezó a cuestionar la existencia de la ley de violencia de género y los derechos derivados de esta.

Parte del equipo de fact-checking (verificadores) de Newtral.es (de derecha a izquierda: María Blanco, Brenda Valverde, Borja Rodrigo, Sara González, Alba Martín y Marisa López)

¿Qué he aprendido? 

El fact-checking, al que me he dedicado de forma casi absoluta en los últimos meses es un tipo de periodismo que exige muchísima meticulosidad, paciencia y rigurosidad.

La credibilidad es una cualidad que se exige a cualquier periodista, pero el listón es aún más alto para un verificador. Mi trabajo se basaba en determinar si algo era verdadero o falso (o engañoso), por lo que el margen de error que me permitían era muy pequeño, nuestra fiabilidad nos iba en ello.

He aprendido a trabajar bajo mucha presión, había casos en los que la verificación de un fake no podía esperar, porque se estaba haciendo viral a una velocidad vertiginosa, y/o porque lo estaba utilizando el político de turno en cada debate electoral y no quería que pasara uno más sin los datos oficiales para rebatirlos. 

Por último, el trabajo en equipo. Esta es quizás la parte más importante. La infodemia no se combate sola. Pertenecer a un grupo que rema en la misma dirección, que echa un cable cuando no consigues descifrar una tabla de datos o cuando no entiendes un documento muy técnico, donde siempre hay alguien que habla el idioma del vídeo que necesitas verificar o que conoce a alguien que lo hace, es la clave para que cientas de verificaciones salgan adelante siendo un grupo de unas 12 personas las que estábamos al pie del cañón. Y era increíble lo que podíamos llegar a hacer. 

Hacia dónde voy

Cuando subes a una nueva noria nunca sabes cuánto va a durar el trayecto, no lo pone en el billete. A veces, es una decisión o necesidad personal pulsar el botón para bajar, mientras que, en otras, el fin llega solo. 

En mi caso, pulsé el botón. Trabajar en Newtral ha sido una experiencia increíble, maravillosa, y muy enriquecedora. Pero quien no arriesga no gana y con 25 años, siento que me quedan muchas atracciones por probar para sentir de nuevo ese cosquilleo en la barriga, ese vértigo, esa adrenalina y sensación de superación, porque esa es la única forma de encontrar tu sitio, tu pasión.

En la vida, hay que saber jugar. Deseadme suerte. Seguimos en contacto. 

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Equipo al completo de Newtral.es

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