Chom Veasna, su historia y la de su religión.

 

«They [the Khmer Rouge] killed, they killed, right? They killed all of the pagodas in Cambodia, in Phnom Penh, they released the man at all. If you are still a Monk, they killed.» [Transcripción]

#WhoLivesInCambodia
Los jemeres rojos querían crear una sociedad igualitaria. Los monjes representaban una clase social privilegiada por lo que debían morir. De alrededor de 60.000 monjes apenas sobrevivieron 1.000.💀

Chom Veasna nació en una familia humilde de campesinos Pero no llegó a conocer a su padre. Como muchos campesinos creyó en el sueño de una Camboya libre y sin ricos, donde todos fueran uno. Por ello se unió a la guerrilla. Y murió luchando. 🔸

 «Mi madre tuvo que criarme ella sola. Vivíamos en un barrio donde había alcohol, drogas y violencia. Entonces ella me pidió que no olvidase los principios del budismo. Entonces, cuando por fin me convertí en monje, vi la luz.» ☉

Sobre la tragedia que vivió su país piensa que es ya una cosa del pasado por lo que hay que mirar hacia el presente, pero sin olvidar los errores del pasado.

IMG_2230
En la pagoda Moha Montrei, entrevistando a Chom. / Interviewing Chom at Moha Montrei Pagoda.

Chom vive en la pagoda de Moha Montrei. Los templos budistas se organizan entorno a recintos donde los monjes tienen sus residencias y también conviven con otros ciudadanos. Unos muros altos, ricamente decorados, les separan del resto de la ciudad. Sin embargo es una barrera simplemente física porque cualquiera puede entrar libremente por sus puertas.

IMG_2248

Nosotras visitamos aquella pagoda un domingo. Parecía que era el día en el que los monjes hacían la colada. Sus ropajes colgaban por todos lados, secándose al sol.

IMG_2220

Era un nueve de julio. La estación de lluvias acababa de empezar y eso implica un cambio en la vida de los monjes. Durante este tiempo y hasta la estación seca, tienen prohibido salir a la calle (salvo aquellos que tienen que recaudar donaciones). Por ello, cada día, mujeres de la ciudad se acercan a los recintos para llevarles la comida (conoce sus horarios y rutinas pinchando aquí).

IMG_2244
Las mujeres acompañan a los monjes mientras ellos comen los víveres que les han traído.

El budismo es una religión muy abierta. De hecho, fue observando esta escena desde la distancia cuando Chom se nos acercó y nos preguntó si queríamos que nos explicara sus creencias y costumbres.

La única barrera que podía separarnos es la regla budista en la que un monje no puede ser tocado por una mujer. Por lo demás, lo más probable es que hasta te pidan una foto con ellos. Les encanta. La mayoría de monjes tienen un Iphone (cosa que me llamó muchísimo la atención) y Facebook, así que no perderán la oportunidad de inmortalizar el momento en el que hablaron con algún occidental.

De esta manera fue cómo le conocimos y conocimos su historia. Una relato duro pero que no le ha impedido ser un hombre feliz y amable.

Una pulsera, símbolo de amor y paz. 

Días más tarde volvimos a aquella pagoda. Nos habíamos enterado de que el símbolo del budismo, que te identifica como creyente de aquella religión (como la cruz para un cristiano) era una bonita pulsera de hilo de un rojo brillante. Y nosotras queríamos la nuestra.

Me acompañaban: Carlota, mi fiel compañera y traductora (derecha) y Nuría y María (en el centro) dos compañeras voluntarias muy curiosas.
Me acompañaban: Carlota, mi fiel compañera y traductora (derecha) y Nuría y María (en el centro) dos compañeras voluntarias muy curiosas.

Nos adentramos de nuevo por aquel recinto un jueves ya tarde, caída la noche. A pocos metros de la entrada vimos a unos monjes a los que les preguntamos por la pulsera. Ellos enseguida nos invitaron a pasar al salón de su residencia. No lo dudaron ni un minuto.

Los monjes nos dieron unos palitos de incienso. En las puertas de muchas casas y de los templos siempre hay un recipiente, que tiene forma de maceta, en la que se coloca el incienso, como un ritual en honor a Buddha. Una vez cumplimos con él, entramos en la sala y nos sentamos. Nos hicieron mil preguntas sobre nuestro país, sobre nuestra estancia allí y sobre nuestros estudios.

Entonces, de repente, el monje más importante irrumpió en la sala. Tenía cuatro pulseras rojas en la mano. Mientras hablábamos con los demás, él había estado preparándolo todo.

Nos arrodillamos ante el Buddha (un Buddha con muchas lucecitas de colores de esas de Navidad  que se pueden encontrar en un chino). Fue un momento mágico. Los monjes empezaron a rezar. Nosotras silenciosas, con las manos juntas y la cabeza agachada, escuchamos. Una paz envolvía el ambiente. De repente, el mundo se paralizó en aquel instante. Solo existíamos ellos y nosotras.

20620875_10214315241583626_3688054803999139951_n

Cuando terminaron, fueron, una por una, atándonos la pulsera, a la que le echaban unas gotitas de una colonia con olor varonil. Era todo muy sencillo, humilde. Los monjes lo hacían de corazón. «Buddha os desea prosperidad y buena suerte», nos dijeron. Nunca olvidaré estas palabras. Simples. Cortas. Pero que guardan un mensaje que es maravilloso y que si las recordásemos cada día, probablemente el mundo sería un lugar mejor.

20708048_10214315219423072_7029190608321880224_n
El monje colocándome la pulsera.

Abandonamos el recinto de Moha Montrei en silencio. Éramos conscientes de que habíamos vivido una experiencia preciosa. Los monjes nos despidieron con una sonrisa enorme, sin pedir nada a cambio, salvo que fuésemos buenas personas.

En mundo en el que parece que nadie hace nada a cambio de nada, recibí de aquella vivencia una lección que guardaré siempre y lo que creo que tienen que ser las religiones: un espacio en el que encontremos serenidad, paz y ganas de levantarnos cada día queriendo ser la mejor versión de nosotros mismos.

FullSizeRender
Mi pulsera roja 🙂

Aunque en la distancia y desde mi cuaderno, gracias.

 

@sisulopez

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: