El pueblo camboyano era mayoritariamente budista, lo que tendría importantes repercusiones en el caso especial del comunismo camboyano que le diferenció de cualquier otro.
Esta religión sigue una línea de pensamiento que reivindica la austeridad y la ausencia de riquezas:
“La renuncia a las ataduras materiales y a los lazos familiares, la adhesión a una tabla de mandamientos morales imperativos, la obligación de confesar las propias faltas y el ritual de prueba iniciática” – explica el historiador Bernad Bruneteaut- “son elementos que legitimaban la exigencia de un orden basado en la disciplina, el sufrimiento y el castigo y que, en definitiva, ayudan a comprender la radicalidad de la empresa revolucionaria” y la sumisión del pueblo camboyano que en cierta forma, aceptó la nueva idea del Angkar (“la Organización”)[1].
“¡Informad de todo al Angkar! Angkar lo ve todo, tiene ojos de piña”, clamaban.
El poder místico que ejercía sobre el pueblo era absoluto y podría resumirse con la explicación de Philip Sort por la que los jemeres simplemente sustituyeron al dharma, (nombre que recibe las enseñanzas y conductas budistas), por el Angkar, por lo que realmente el pueblo seguía creyendo en lo mismo y no despertó ningún tipo de recelo.
Fotografía: blog. «Caminar es un arte olvidado»
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[1] Nombre que los jemeres rojos utilizaron para enmascarar al Partido Comunista bajo la apariencia de un semiespíritu omnipresente y omnipotente, el Angkar y así permanecer en el anonimato. De hecho, no fue hasta 1977 cuando los camboyanos se enteraron de que el “Angkar” era el Partido Comunista y que Pol Pot era su líder.
Buenas,
sería interesante una entrada sobre la reacción de la comunidad internacional, la oposición, rechazo y combate del bloque socialista contra el régimen (no comunista) de Pol Pot, el apoyo y financiación de Estados Unidos a los jémeres rojos (con el apoyo explícito en la ONU hasta 1993), cómo los países occidentales agacharon la cabeza, mantuvieron silencio y condenaron la intervención del Frente Unido Nacional para la Salvación de Kampuche con el pretexto de respetar la soberanía nacional, etc
Un saludo!
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Totalmente, todavía me queda por cubrir el periodo desde 1979 hasta la actualidad donde la hipocresía de la comundad internacional es indignante. No obstante, matizar que no se puede negar la vinculación con las ideas comunistas y su intento de implantarlas a través de una política sanguinaria y del terror. Pol Pot era declarado admirador de la Revolución Cultural China de Mao y estaba apoyado por el gigante asiático.
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No, Pol Pot no forma parte de la historia comunista. De ninguna manera obligar a la gente a regresar al campo, a compartir la misma olla y la misma cuchara, forma parte de los objetivos políticos ni de la teoría revolucionaria comunista. Cualquiera que haya leído por alto a Marx, o a cualquiera de los clásicos marxistas, se da cuenta en seguida que Pol Pot sería considerado por los mismos como un reaccionario y un anticomunista. Esa especie de «regreso antropológico por decreto» que pretendía Pol Pot es lo más antimarxista que puede haber, y desde luego estaba muy lejos de lo que se pretendía construir, y se construyó, en el campo socialista.
El apoyo de China a Pol Pot, desde luego no de la mano de Mao, sino de Deng Xiapoing, no es sino otra muestra de la no pertenencia del mismo al comunismo, pues como bien sabrás, tras apartar a Mao del poder (¿pero no era un dictador?), la línea revisionista se apoderó del partido y llegaron las reformas que alejaron a China del comunismo.
Un saludo!
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Muchas gracias por tu aportación pero la intención es centrarme en la masacre humana que cometieron los jemeres rojos en su locura, más allá de sus ideas, porque no creo que haya ningún libro que pueda animar a desarrollar una política de exterminio semejante como plan para instaurar una sociedad comunista. No obstante, es evidente que bebieron de las teorías marxistas-leninistas y cosa diferente es como decidieron aplicarlas. Sin embargo, según lo que dices, ni la URSS, ni la China soviética serían entonces consideradas comunistas porque también en ambos países ocurrieron hechos similares, que no responden a esa «teoría revolucionaria marxista». Por eso, precisamente, una cosa es la teoría y otra la práctica. ¡Un saludo!
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Gracias por tu comentario y por leer mi blog 🙂
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